Es la base fundamental de nuestro mundo tecnológico. No solo distribuye la energía necesaria para el funcionamiento de los equipos electrónicos en nuestros hogares, centros de proceso de datos, industrias e incluso lugares remotos donde están instaladas las antenas de telefonía móvil. Además, las torres y canalizaciones eléctricas suelen tener fibras ópticas utilizadas por los operadores para la comunicación de datos en medias y largas distancias. Actualmente la red eléctrica está teniendo una especie de revolución con el despliegue de la tecnología “SmartGrid”.
Actualmente la red eléctrica está teniendo una especie de revolución con el despliegue de la tecnología “SmartGrid”. El coste de producción de la energía eléctrica es muy variable incluso dependiendo de la hora del día. Por la noche el coste es muy bajo y “sobra” electricidad mientras que, durante el día, el coste es muy superior. Sin embargo el control del consumo suele ser una persona que revisa el medidor eléctrico cada uno o dos meses.
La tecnología SmartGrid viene a solucionar este gran desajuste entre el control de la producción de energía eléctrica y el control del consumo. Gracias al impresionante desarrollo de las redes de datos ahora es posible tener una conexión de datos en cada punto de suministro de energía eléctrica. Los equipos de medida se denominan ahora “SmartMeters” los cuales realizan un seguimiento del consumo individualizado en tiempo real.
Comprenden las centrales que generan la energía eléctrica y la suministran a la red de transporte en alta tensión. Los distintos tipos son los siguientes:
Renovables: incluye la energía hidroeléctrica, eólica y solar. Son las más flexibles para adaptarse a las necesidades de producción, son inagotables y baratas. El único inconveniente es que dependen de la climatología.
Térmicas: utilizan como combustible carbón (el más contaminante), diésel o gas (el menos contaminante). Son bastante flexibles para adaptarse a las necesidades de producción. Los inconvenientes son la contaminación y un precio del combustible bastante cambiante.
Nuclear: No es nada flexible y necesita de varios días para aumentar o reducir su producción. Por lo tanto se adapta mal a las variaciones en el consumo. No es contaminante y es bastante segura aunque los pocos accidentes que han ocurrido han sido muy graves.
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